El otro día bajaba de metro en la parada de metro y me fije
en un chaval que cogía en la parada de metro un patinete de alquiler. Yo seguí andando
hasta casa y cuando estaba llegando vi a ese mismo chico que dejaba el patinete
al lado de mi casa. El chico había cogido el patinete para hacer un trayecto de
500m y había tardado lo mismo que tardé yo andado. El tiempo que tardó en
activarlo el trayecto y desactivarlo fue lo que aproximadamente lo que tarde yo
en llegar andando (unos 5 minutos).
Y es que estas empresas se venden como una solución a la
contaminación y los atascos de las ciudades (voy a centrarme en una de las
importantes):
“LimeBike tiene como objetivo ofrecer una solución sustentable
para el problema del transporte de puerta a puerta, que ayude a las personas a
moverse en sus ciudades de una manera accesible y conveniente, al mismo tiempo
que eliminan su huella de carbono. Estamos aquí para ayudar a las futuras
generaciones a cambiar sus conductas, para que salvemos este planeta juntos.” (https://www.li.me/es/about-us)
Sin embargo, los datos no dicen exactamente lo mismo. Según
los informes de esta empresa, el trayecto medio de cada viaje es de 1,7 km (26.000.000
viajes y 28.000.000 millas según el informe anual de 2018 https://www.li.me/hubfs/Lime_Year-End%20Report_2018.pdf).
Son trayectos cortos que andando pueden llevar unos 20 minutos. No conozco a
nadie que coja el coche para hacer este tipo de trayectos, sinceramente. Te
venden que están reduciendo la contaminación cuando la realidad es otra. La
realidad es que, independientemente de la carga de batería que tengan, cada
noche se recogen todos los patinetes, se recargan y se vuelven a poner en la
calle, ya sea mediante empresas de logística o los llamados juicers, nuevo invento de la mal llamada
economía colaborativa que se integra por particulares que hacen este trabajo
por unos 5 euros por patinete recogido, cargado en su propia casa y vuelto a
poner en la calle (mas info en el siguiente artículo https://www.eldiario.es/madrid/cuadrilla-nocturna-patinetes-Madrid-chavales_0_824167832.html)
Por tanto, no solo parece que no reduce contaminación, sino
que además puede incluso generar en forma de gasto en el consumo eléctrico para
cargarlos y de las furgonetas que se usan para recogerlos y volverlos a dejar
cada noche. Y es aquí donde enlazo este problema con el ‘solucionismo
tecnológico’.
Evgeny Morozov, escritor e investigador, define en su libro
el solucionismo tecnológico como la
ideología con una ‘voluntad de mejorar’ que “es de visión acotada y su interés
por la actividad que pretende mejorar es superficial” (‘La locura del
solucionismo tecnológico’ Evgeny Morozov). Morozov pone como ejemplo una aplicación
enfocada a reducir la cantidad de residuos que se generan que consta en una
cámara acoplada a la tapa del contenedor de la basura que hace capturas de toda
la basura para después analizarla y después, conectado con FB, darte una
puntuación. Si queréis mas información, este es el proyecto https://www.postscapes.com/trash-can-recycling-monitor-bincam/.
El peligro que le veo al solucionismo en ambos casos es que se proponen
soluciones tecnológicas fáciles sin ponerse a pensar en las implicaciones que
tienen. Ya sea des el punto de vista ético o conductual, este tipo de
soluciones no van a la raíz del problema sino que buscan una solución rápida y
simple a un problema que es complejo y cuya solución requiere mucho más
análisis.
Por eso estoy en contra del solucionismo tecnológico y, por
ende, de los patinetes. Porque en vez de analizar las múltiples causas del
exceso de coches en las ciudades, de contaminación, o de cualquier otro
problema, se busca una solución que a menudo no soluciona el problema sino que
lo agudiza.
Para mas info sobre los patinetes, este artículo también lo
explica https://www.eldiario.es/ballenablanca/365_dias/emisiones-emitidas-patinetes-electricos-Lime_0_835016654.html.
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