viernes, 2 de agosto de 2013

Blanco o negro

Dicen que la vida se va basa en elegir. Elijes unos estudios, eliges cosas para comprar, eliges salir con alguien, ... A mi me gustaría elegir no elegir.

Y es que uno de mis grandes quebraderos de cabeza es no poder renunciar a algo que me gusta en favor de algo que puede que me guste mas. Y es obvio que los gustos no son absolutos, dependen de tu ánimo en el instante de tiempo en el que estés. ¿Mar o interior? Yo crecí en la costa, y me encanta perderme mirando el horizonte infinito. Pero la mitad de mi sangre es castellana y la meseta ejerce una influencia fuerte en mi. El paisaje (mas feo en principio) para mi tiene una belleza especial. Tal es mi dilema que si pudiese elegir una ciudad en la que vivir no sabría que decir.

¿Alegría o tristeza? Me considero una persona alegre en el trato. Pero en el fondo la mayoría de las veces la tristeza me invade. De puertas para adentro, me siento demasiado cómodo en la figura del sufridor incomprendido. Las canciones que mas me gustan son las tristes, las que tienen un mensaje de adiós o trágico. Pero también de cara a los demás procuro estar siempre alegre, ya que la vida es jodida para y, por propia experiencia, se el poder que puede tener en los demás una sonrisa y un gesto amable.

¿Mente o cuerpo?  Soy una persona que le da muchas vueltas a la cabeza, no puedo evitarlo. Pero sin embargo, a la hora de tomar algunas decisiones trascendentales soy de poco reflexionar. Pero siempre tengo la maldición de no tener un botón de OFF en la cabeza que pueda desconectar de vez en cuando. Me resulta muy complicado desconectar de los problemas y disfrutar.

Se me ocurren mil dicotomías más, pero me estoy dando cuenta de que tiene poco sentido al final. Al final me he dado cuenta de que no tiene sentido preguntarme elecciones futuras mas que como ejercicio intelectual. Por mucho que me gustara poder decidirlo ahora y añadir un poco de coherencia en mi forma de ser, se que llegado el momento eso que he decidido no va a servir para nada. Tengo un largo historial de experiencias de este tipo: decidir algo y después a la hora de llevarlo a cabo no hacerlo. Pero bueno, es ley de vida. No se puede negar los instintos; ni qu,e al fin y al cabo, con el tiempo nuestro sistema de valores cambia porque nosotros cambiamos. Ni soy la misma persona que cuando empecé a escribir esto, ni tú, lector, eres la misma que cuando empezaste a leer esto.

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