miércoles, 4 de diciembre de 2013

Granada, la que parece de nieve y por dentro es fuego.

Como muchos sabéis, en mi casa ni hay ni ha habido nunca televisión. Decisión de mis padres con la que ahora estoy de acuerdo y de pequeño nunca me importó. Eso hizo que desde pequeño le cogiese mucho aprecio a la música. Creo que puedo presumir de haber escuchado al menos una vez todos los CD's que tengo en casa y una parte de los vinilos. Música que va desde la música clásica hasta el rock, desde el son cubano hasta la copla. Música sobre todo antigua y en castellano.

Hay alguna foto mía de pequeño en las piernas de mi madre cantando canciones de Los Panchos. Cuento esto para que nadie se sorprenda de la canción que me a inspirado esto. Soy musicalmente muy complicado. La música me marca el estado de ánimo y viceversa, como un círculo vicioso que se retroalimenta.

Uno de mis discos favoritos era el de Carlos Cano. Tenía algo especial en la voz que no he encontrado aún en ningún otro cantante. Y entre todas las canciones del disco hubo una que me llegó muy dentro: Habanera imposible dedicada a su ciudad, Granada. Y poco a poco quedo dentro de mi la idea que tenía que conocer Granada.




Así que aquí estoy, a mis 24 años y 11 meses y cobrando mi primer dinero. Pues bien ese dinero que estoy ganando va a ir para 2 cosas: un tatuaje y un viaje a Granada. Del tatuaje ya hablaré en su momento, tengo 3  o 4 pensados y no se por donde empezar ni como. Pero desde luego Granada de esta no se salva. Me da igual verano que invierno, solo o acompañado, ... tengo que ir allí. Y es que ha de ser una ciudad inspiradora. Joe Strummer, cantante de The Clash se retiró allí, y mirando un anochecer a la Alhambra dijo "Si mi hermano mayor hubiera visto esta puesta de sol, nunca se habría suicidado".

Cuando oí esta anécdota solo pude pensar en lo que decía Carlos Cano de Granada en su canción y que definitivamente tenía que ir allí.

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