domingo, 10 de noviembre de 2013

Lo que me dejé en el camino

Cada persona que ha pasado por mi vida, sea en forma de amistad o de amor, me han marcado en mi forma de ser de una manera irremediable. Y es que abrirte a los demás te quita de ti y te da de los demás. Ya sea el carácter, la estética o tus gustos siempre hay algo que cambia. Y no creáis que lo veo como algo malo, me encanta. Me encanta porque años después veo rasgos en mi de personas que me han marcado y recuerdas lo mejor. Como se suele decir, con el paso del tiempo solo queda lo bueno. Y es una sensación muy agradable ver como has descubierto cosas nuevas, que aunque la relación se acabe, te quedas con cosas buenas y estas a la vez te permiten recordar con alegría esos días.

Desde la playa de Poniente, pasando por Donosti, el insti,  lo conciertos en el Cascayu, Llanes, Zamora, tardes en el prao de la Facultad con Silvio Rodríguez, el Cerro, los Pericones, o bares como el Dam o la Vaina se que siempre los llevaré en la memoria por los recuerdos agradables que me traen. Muchos de ellos se volvieron amargos al cabo de poco tiempo, y lo pasé muy mal, pero reconozco lo que descubrí, lo que aprendí y lo que me dejé. Ya no soy el mismo y tampoco querría. Soy mas sabio, cometí casi todos los errores posibles, los analicé e intento no repetirlos (aunque a veces siempre caigo en lo mismo).

Y es que como dice la canción

"Se que nunca fuiste mía,
ni lo has sido ni lo eres,
pero de mi corazón
un pedacito tu tienes"

Y es con lo que me quedo al final, con esos pedazos de corazón, de recuerdos robados que yo mismo los regalé. Con esa inocencia perdida, pero con esa sabiduría ganada. No me arrepiento de haber entregado lo que entregué , ya que eso me ha llevado a aquí, a mi modo de ser y a mi vida. Y así como recuerdo esos días, y como esos recuerdos me hace sentir feliz, espero que las personas con los que los compartí tengan esa suerte de poder mirar al pasado con una sonrisa y recordar lo ingenuos que fuimos.

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